Durante el invierno nuestro cabello tiene que soportar cambios bruscos de temperatura, la sequedad del frío, el uso continuado de gorros y sombreros o el maltrato de peinados, planchas o secadores.
El peinado y, sobre todo, el color de nuestro cabello es capaz de suavizar nuestras facciones y disimular arrugas, haciéndonos parecer hasta 10 años más jóvenes.